Perdona si me pongo nerviosa, pensaba que no te encontraría
y afine mejor la puntería. Y mírame, aun sigo siendo la misma que era antes de ayer cuando aun te quería. Me retiré haciendo el suicida no sé porque, no hubo despedida y abracé a muchos parecidos. Nunca olvidé aquella sonrisa que imaginé durante mil vidas y te busqué después de cada herida.
Me emborraché a base de añejo, me acostumbre a tenerte lejos
y lloré delante de un espejo.
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